Antecedentes[]
Tras la rebelión de los capas doradas, Rhaegar I Targaryen es coronado. El castellano de Rocadragón se entera y decide mantenerse leal a Aemon Targaryen. Por ello, el ejército del Rey en el Trono de Hierro se dirige a tomar Rocadragón, el principal bastión del Rey en Altojardín en las Tierras de la Corona, defendido sólo por mil hombres dirigidos por el castellano, Aegon Mares.
Desarrollo[]
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Las 20 galeras mercenarias contratadas por la Corona empiezan el ataque a la isla, defendida por 20 galeras y 5 dromones. Estos últimos resultan ser la perdición de la flota de Aemon, puesto que son muy lentos y grandes para batallas costeras. Al final, 12 barcos de los defensores se hunden en el Mar Angosto, mientras que los atacantes solo pierden 4. Ya con el camino despejado, los mercenarios inician el desembarco.
Asedio[]
Tras el desembarco de los 2300 hombres supervivientes a la batalla naval, se inicia un prolongado asedio a la fortaleza. Tras varias semanas de asedio, las tropas atacantes deciden que ya es hora de atacar la fortaleza. Pero los 500 hombres que tenía la fortaleza como guarnición estaban preparados. La batalla resultó ser una masacre, la fortaleza resultó muy dañada, pero los defensores resistieron.
Con la moral muy baja, los atacantes deciden mantener el asedio. Pero para suerte del Bando de Rhaegar llegan Lord Barristan Bar Emmon y Lord Wyllhem Darklyn con más de un millar de hombres de refuerzo. Con esta incorporación, se libró la última batalla, en la que por fin los atacantes lograron la victoria, perdiendo 1320 hombres en el proceso.
Situación tras la batalla[]
Con Rocadragón tomada, el último bastión del rey Aemon en las Tierras de la Corona, la región se une totalmente al rey Rhaegar. El dinero de la Casa Targaryen es saqueado por la corona, dejando a Aemon bajo de fondos.